En una conversación con un amigo surgió el tema de un filósofo llamado Søren Kierkegaard (no crean que todas mis conversaciones son así de profundas 😂 me la paso molestando y echando chistes y según mi esposa, malos chistes). Surgió también el nombre de un libro escrito por él, llamado Los lirios del campo y las aves del cielo. Es un discurso que considera una porción del Sermón del Monte. Comencé a leerlo y, aunque presenta varias ideas interesantes, creo que pierde la esencia de la Escritura por no considerar toda la porción, pues cita los primeros versículos. Dios me regaló algo muy especial al leer lo siguiente:
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:25-34
Los lirios del campo son flores que no están bajo el cuidado de ningún jardinero, no tienen la dedicación de una ama de casa que sagradamente les echa agua, las ubica para recibir luz del sol en su casa, entre otros cuidados. Simplemente son lirios que están en el campo, a la intemperie, pero no trabajan ni hilan y tiene un vestido hermoso. Incluso, comparado con la gloria del rey Salomón, se visten mejor que el rey. La gran conclusión de esto es que Dios los sostiene, los cuida, y los viste. Jesús hace un llamado a considerarlos para que no nos afanemos por nuestro sustento ni nuestro abrigo, porque cuando nos afanamos, entonces buscamos con ansiedad y desesperación todos los medios posibles para sosternernos a nosotros mismos y nuestra familia. La solución está en lo que buscamos. Si buscamos a Dios y su reino, todas estas cosas serán añadidas (¡Ojo! Nada que ver con enseñanzas de prosperidad). El secreto es poner nuestras prioridades de tal manera que busquemos a Dios y Él se encargará de nosotros. Con este estilo de vida, no tendremos ansiedad ni afán, porque confiaremos que, de la misma manera en la que el lirio del campo se sostiene, nosotros seremos sustentados por Dios. La solución para la ansiedad financiera: Buscar a Dios primeramente, con la actitud correcta y jamás esperando nada a cambio. Sino con un corazón honesto, humilde y sencillo.
Hoy me encuentro en un evento muy importante para mí, llamado el Retiro de Pastores, y estoy considerando todos los lirios del campo. Hombres que han entregado todo por la Causa de Cristo, han salido de su comodidad, han abandonado a padre y madre, su ciudad, sus costumbres, sus raíces para salir al campo misionero y vivir por fe. Es decir, no trabajan ni hilan, no tienen cargos de CEO (y todas las siglas que quieras), no fueron trasladados por una multinacional famosa. Son hombres que se han entregado a enseñar la Biblia en otros lugares en Colombia, y cada vez más, en el mundo. Y lo que veo, es que Dios mismo los sostiene, los cuida y los alimenta física y espiritualmente. Incluso, son vestidos con una gloria más grande que la de Salomón, porque son vestidos de Cristo (Efesios 4:22-24). Junto con mi familia nos estamos alistando para lo mismo y Dios me recordaba que debo buscarlo a Él primeramente para experimentar ese sustento y vestirme de Cristo cada día.
Sin embargo, vivir esto no es para unos pocos. Esto es para cada persona que ha creído en Cristo como su Salvador personal. La Gran Comisión es para todos los creyentes, y si la buscamos primeramente experimentaremos el sustento, abrigo y vestido que solo Dios puede ofrecer. Y tú ¿Estás afanado por tu sustento económico? ¿Qué estás buscando desesperadamente en tu vida? ¡Busca a Dios primeramente! Te preguntarás, ¿Cómo, si no conozco nada de Él? Considerando lo que Cristo hizo por ti. Se despojó de su deidad, se hizo pobre para enriquecernos por la obra en la cruz. Cristo vino a esta tierra para vivir una vida perfecta y se entregó voluntariamente para pagar por tus pecados y morir en la cruz, y pasados tres días, ser resucitado de los muertos demostrando su poder sobre la muerte y el pecado. Debes, entonces, arrepentirte de tus pecados, creer y confesarlo para ser librado de la ira que viene en un juicio tenaz sobre toda la humanidad.
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10
Si ya lo hiciste, buscar a Dios implica darle toda la prioridad a Él y organizar tu vida en función de lo que Dios tiene para ti. Si ya estás mostrando a Jesús en tu campo, eres ese lirio que Dios sostiene, cuida y viste para que marques la diferencia en el campo.
¡Un abrazo!